domingo, 13 de mayo de 2018

LA ETICA EN EL ARTE DE CUIDAR


En todo lugar, época y cultura, ha existido la necesidad en las personas de cuidar y ser cuidadas.
El sujeto de cuidado- los individuos, familias y colectivos, sanos y enfermos constituyen el epicentro del cuidado de enfermería y por eso el cuidado individualizado, respeta la autonomía, la unicidad o la totalidad de los seres humanos como individuos y colectivos.
El cuidado de enfermería es el bien interno de la profesión. En un acercamiento de la profesión a la filosofía del cuidar, algunas enfermeras y la filósofa Adela Cortina, recogen la definición de práctica como: “una actividad social cooperativa que se caracteriza por tender a alcanzar unos bienes que son internos a ella misma y que ninguna otra puede proporcionar. Estos bienes son precisamente los que le dan sentido, constituyen la racionalidad que le es propia y a la vez, le presentan legitimidad social”.
En el cuidador de enfermería también es necesario tener en cuenta al cuidador como ser potencialmente vulnerable, consciente de su vulnerabilidad y la de los demás a quienes cuida.
El cuidado de enfermería como fin de la profesión necesita medios para su realización, los cuales se constituyen en orientadores, en pilares, en componentes éticos del cuidar, que lo definen y especifican.
El principio de justicia tiene relación con la distribución de cargas y beneficios, con la racionalización del gasto, y de los recursos disponibles y la formulación de políticas de salud.
Los valores son propiedades o cualidades que poseen las personas, sirven de base para las normas, las reglas y los comportamientos de los individuos.
Para el cuidado de enfermería de los individuos, familias y colectivos presento algunas propiedades que derivan de las características de los seres humanos, dignos, únicos e irrepetibles, vulnerables, libres y con igualdad de derechos.

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